Los astrónomos acaban de señalar el origen de una ráfaga de radio
De vez en cuando, nuestros radiotelescopios capturan un misterio. Un solo destello, tan potente en longitudes de onda de radio como medio billón de soles, condensado en una ráfaga que dura sólo unos pocos milisegundos como máximo.
Ahora, por primera vez, los astrofísicos han rastreado una de estas ráfagas de radio rápidas (FRBs) hasta su fuente.
«Este es el gran avance que el campo ha estado esperando desde que los astrónomos descubrieron las ráfagas rápidas de radio en 2007», dijo el astro-ingeniero Keith Bannister de la Organización de Investigación Científica e Industrial del Commonwealth de Australia (CSIRO).
La señal ha sido nombrada FRB 180924 – su nombre se debe a la fecha de detección – y se originó en las afueras de una galaxia del tamaño de la Vía Láctea a unos 3.600 millones de años-luz de la Tierra.
Su localización podría ayudarnos a entender qué es lo que causa estos FRBs únicos.
Es la segunda explosión de radio rápida que se ha rastreado hasta un lugar. El primero, llamado FRB 121102, es un caso especial, porque estalla repetidamente. Esta repetición es lo que permitió a los astrónomos rastrearla hasta la región de formación estelar de una galaxia enana a más de 3.000 millones de años-luz de distancia.
Pero los estallidos únicos destellan en el cielo sin previo aviso, lo que los hace imposibles de predecir y extremadamente difíciles de rastrear.
Sin embargo, esto es lo que ha logrado un equipo internacional de astrónomos, utilizando un conjunto avanzado de antenas de radio llamado Australian Square Kilometre Array Pathfinder (ASKAP).
Al tomar 10 trillones de mediciones por segundo a través de todo un parche de cielo, ASKAP puede detectar un mayor número de ráfagas de radio rápidas, mas que antes.
«En aproximadamente un tercio de segundo, nos dimos cuenta de que teníamos esta ráfaga de radio rápida que acababa de pasar por encima del telescopio, así que tomamos y guardamos los últimos tres segundos de datos que habían pasado a través de los platos ASKAP, alrededor de 3.000 millones de mediciones», explicó el astrofísico Adam Deller, de la Universidad de Tecnología de Swinburne.
«Eso nos permite hacer una repetición en vivo de esos tres segundos, una y otra vez, tantas veces como sea necesario.»
Al medir el tiempo absolutamente minúsculo que transcurre entre el momento en que la señal llega a cada uno de los 36 platos ASKAP -estamos hablando de mil millonésimas de segundo-, el equipo pudo triangular el punto de origen del FRB a dos dimensiones en el espacio.
Luego se reclutaron tres de los telescopios ópticos más potentes del mundo -Géminis, Keck y el VLT- para calcular la tercera dimensión: la distancia.
El resultado fue una sorpresa. El estallido se originó a unos 13.000 años-luz del centro de una galaxia masiva del tamaño de la Vía Láctea, una que ya no está formando nuevas estrellas.
Esto sugiere que las ráfagas de radio rápidas se pueden producir en una variedad de entornos, o que las ráfagas aparentemente únicas detectadas hasta ahora por ASKAP son generadas por un mecanismo diferente al del repetidor», señaló Deller.
La investigación más reciente sobre el FRB 121102 sugiere que su fuente es una estrella de neutrones, pero otras hipótesis incluyen agujeros negros, púlsares con estrellas acompañantes, púlsares implosivos, un tipo de estrella llamada blitzar, una conexión con explosiones de rayos gamma (que ahora sabemos que pueden ser causadas por estrellas de neutrones que chocan), o magnetares que emiten bengalas gigantes.
Pero no son sólo las dos galaxias fuente las que son diferentes. Las señales en sí mismas también tienen diferencias.