Voyager 2 a dicho adiós.
Los primeros hallazgos del viaje de la Voyager 2 al espacio interestelar, se han revelado después de que la nave espacial abandonara finalmente el sistema solar más de 40 años después del despegue y de un viaje de 16.093.440.000 millones de kilómetros.
La nave pionera de la NASA ha estado viajando a través del universo después de haber sido lanzada en agosto de 1977 desde Cabo Cañaveral, 15 días antes de su Voyager 1 gemela. Desde entonces se ha estado alejando de la Tierra, y hace casi exactamente un año pasó de la burbuja protectora del sol al espacio interestelar.
Cuando lo hizo, se convirtió en el segundo objeto hecho por el hombre en viajar fuera de los límites de la influencia de nuestro sol y hacia el «medio interestelar». Su hermano Voyager 1 lo hizo seis años antes, porque está en una trayectoria diferente y se mueve más rápido.
Los científicos han revelado ahora lo que aprendieron de esa misión, en los lugares más lejanos de nuestro vecindario cósmico.
En una serie de artículos publicados en la revista Nature Astronomy, los investigadores confirmaron el viaje de la nave espacial al «espacio entre las estrellas» observando un «salto definitivo» en la densidad del plasma -compuesto por partículas cargadas y gas- en el espacio interestelar.
Según los científicos, este salto fue detectado por uno de los instrumentos de la Voyager 2 y es la prueba de que la sonda se abre paso «desde el plasma caliente y de menor densidad característica del viento solar hasta el plasma frío y de mayor densidad del espacio interestelar».
También es similar al salto de densidad plasmática que experimentó la Voyager 1 cuando cruzó al espacio interestelar.
Estamos tratando de entender la naturaleza de la frontera donde estos dos vientos chocan entre ellos.
Los astrónomos creen que los viajes de las sondas, con sus diferentes objetivos y trayectorias de misión, dan «valiosas pistas» sobre la estructura de la heliosfera – una vasta burbuja que abarca al sol y al sistema solar. Implica que la heliosfera es simétrica, al menos en los dos puntos donde la nave Voyager cruzó.
En uno de los artículos, los investigadores sugieren que el medio interestelar cerca de la heliopausa – el límite donde los vientos solares del sol son detenidos por el medio interestelar – es más caliente de lo esperado, con una temperatura de alrededor de 29.000-49.000C.
En otro estudio, un equipo diferente reportó la presencia de capas a ambos lados de la heliopausia.
Aunque los científicos eran conscientes de la capa interna, la presencia de la capa externa se hizo evidente sólo después de que la Voyager 2 cruzara al espacio interestelar.
Los investigadores afirmaron que los hallazgos recogidos por ambas sondas muestran que el medio interestelar, junto con la heliopausia y los campos magnéticos interestelares, «forman un complejo sistema dinámico interconectado».
Los Voyager, fueron enviados inicialmente para estudiar los planetas exteriores incluyendo Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, pero luego siguieron adelante.
Aunque lograron salir de la burbuja del sol, los astrónomos sostienen que los Voyager todavía están técnicamente en el sistema solar porque se extiende hasta el borde exterior de la nube Oort -que comprende hielo de agua, amoníaco y metano- que rodea al sol.
Las fuentes de energía de plutonio de las sondas finalmente dejarán de suministrar electricidad, momento en el cual sus instrumentos y sus transmisores morirán.
Ambos Voyagers durarán más que la Tierra: «Están en sus propias órbitas alrededor de la galaxia durante cinco mil millones de años o más. Y la probabilidad de que se topen con algo es casi nula».